Cristo Yacente
El Santísimo Cristo Yacente nos presenta el momento más sobrecogedor de la Pasión: el cuerpo inerte de Cristo tras haber entregado su vida por la salvación de la humanidad. Esta imagen, llena de serenidad y solemnidad, invita al recogimiento y a la contemplación del misterio de la muerte y la esperanza en la resurrección.
Su cuerpo reposando en el sepulcro simboliza no solo el sacrificio cumplido, sino también la certeza de la vida eterna que aguarda a los creyentes. En su silencio, el Cristo Yacente habla al corazón de los fieles, recordándoles el valor del amor entregado hasta las últimas consecuencias y la promesa de la gloria futura.
Venerado con profundo respeto, su presencia en los actos de culto y en la tarde del Viernes Santo marca uno de los momentos más emotivos de la Semana Santa, donde el dolor de la pérdida se entrelaza con la esperanza de la Resurrección.


